José Miramón Martínez lleva un año compartiendo las parroquias de Arguedas y Valtierra

En sus primeras fiestas desea felicitar y desear lo mejor a sus vecinos

 

José Miramón Martínez vivirá sus primeras fiestas al frente de la parroquia de Arguedas. Natural de Cascante, tiene 52 años, estudió Teología en el seminario diocesano de Pamplona y el 7 de diciembre cumplirá 24 años de sacerdote.

Ejerció dos años y algunos meses de diácono en la parroquia de Castejón y se ordenó sacerdote en su ciudad natal. Volvió a Castejón y poco después fue nombrado párroco de Ablitas, donde estuvo 13 años. Su siguiente y actual destino fue Valtierra, donde lleva 10 años. La falta de sacerdotes en Navarra le obligó a compaginar las parroquias de Arguedas y Valtierra desde septiembre de 2010.

Comparte el trabajo de Arguedas y Valtierra con su labor pastoral como Vicario Episcopal de la Ribera. Cargo que ejerce desde hace seis años. Con anterioridad fue arcipreste del Arciprestazgo de Corella, donde están incluidas varias parroquias de la Ribera entre ellas Arguedas y Valtierra.

¿Y cómo se multiplica en su labor pastoral? “Con cariño, dedicación y trabajo, poco a poco se va haciendo lo que se puede”, dice Miramón, quien asegura encontrarse muy a gusto en Arguedas. “Me han recibido muy bien sus vecinos. En la medida de lo posible hemos compaginado horarios porque las dos parroquias son muy grandes y tienen sus tradiciones, pero tengo que agradecer la estimable ayuda de las hermanas Engracia y María José, que hacen una labor importantísima”, confesó.

Se dispone a vivir sus primeras fiestas como párroco en Arguedas. “Este año se me juntan las fiestas de Arguedas, que son en la primera quincena de agosto, y las de Valtierra, que se celebran en la segunda. Esos días son de alegría, ilusión y de vivir la fiesta a tope y en la medida de lo posible de cada persona”, señaló.

El párroco arguedano dice que no es “muy festero”. “Me gusta estar con la gente, charlar, conversar un rato, pero no soy de bares ni de ir por las peñas. Sí que soy feliz cuando les veo divertirse a los vecinos. Tampoco voy a ver las vaquillas, porque no me gustan, pero estoy a plena disposición del pueblo en cuanto a celebrar y participar en misas, procesiones y todo lo relacionado con la iglesia”, afirmó.

Quiso reflejar en este programa su más sincera “felicitación” de las fiestas. “Que la gente se lo pase bien, son días de confraternización y de hacer pueblo en la calle. Que las fiestas se vivan en la medida de lo posible, sin despilfarros, pero con alegría”, concluyó.