Del 18 Diciembre al 6 Enero
Inauguración: Sábado 18 Diciembre – 20:00
Horarios: Sábado 18 Diciembre – 19:00 a 21:00
Domingos 19 y 26 Diciembre – 12:00 a 14:00
Domingo 2 Enero – 12:00 a 14:00
Jueves 6 Enero – 12:00 a 14:00
Visita Comentada: Domingo 19 Diciembre – 13:00
“No sé porqué pinto así, pero soy yo misma cuando pinto así” dice Marie Sol Pastor mientras sus pinturas van poblando la sala. Pinturas de pequeño formato en su mayoría en las que habita un pedazo del caos, como si de una pequeña muestra de laboratorio se tratase. Como si hubiese traído en cada uno de estos cuadros, tan solo un pedacito de un lienzo mayor que intuimos sin llegar a ver todavía.
Podríamos ponernos delante de cada una de estas ventanas/cuadros y zambullirnos dentro de ellos para ir a través de las aguas de colores a otro lugar, otro mundo, un tanto psicodélico donde no hay límites, ni formas, ni normas. Un mundo ambiguo, líquido, de pura vibración cromática; donde Marie Sol se siente realmente cómoda. En su medio natural. El de la libertad sin ataduras, ni estructuras condicionantes.
No es fácil vivir en la fluidez del encuentro sin búsqueda, en el “no sé donde voy pero aquí estoy”. No es fácil atreverse a vivir la libertad, porque abandonarse a ella es no saber donde llegarás. No es fácil eludir el control, aunque lo parezca. La mayoría de los mortales necesitamos una red, una estructura, la forma que limita y da seguridad. Pero Marie Sol Pastor navega en sentido contrario, en el puro fluir donde el líquido cromático la lleve.
Ella me cuenta, que cuando empieza a pintar entra en un estado de paz en el que puede permanecer horas y horas, hasta altas horas de la madrugada. Tan solo ella y su pintura, y yo la veo como sirena en las profundidades del color. Al tiempo que percibo que algo de esa paz de la que habla, llega precisamente por conectarse al más absoluto presente, el del acto de pintar entregándose a él.
No hay una gama de colores dominante, porque están todas: verdes con amarillos y tierras, violetas con blancos y rojos, azules con naranjas, o con blancos. Quizás la del blanco y negro como episodios en los que lo único que importa es el movimiento por el movimiento. Ya sea la línea del rotulador que va sumando líneas sinuosas, y creciendo como un ente orgánico a modo de dibujo automático de los surrealistas; o el puro fluir de la mancha en otros.
También las piedras son soporte para la pintura. Fruto de un hallazgo en el camino, pasan a convertirse en un nuevo hallazgo en el camino creativo.
Con pequeños coqueteos al dripping o goteo que conocemos desde Pollock, a las apariciones florales, o incluso a la inclusión de algún ojo o mariposa; la pintura de Marie Sol Pastor es puro juego cromático encendido y encendiendo la consciencia. Como encienden los fuegos artificiales una luz especial, de fugaz belleza, en la negra noche del alma.
Un actividad del Programa de Navidad Arguedas 2021/2022